VENCER AL INMOVILISMO Y SUBIRSE AL TREN DEL PROGRESO
Tras la lectura del dictamen del consejo de estado y otros posicionamientos
La pasada primavera desde el FORO DE EMPRESAS INNOVADORAS y el IND+I apostamos por aprovechar esta profunda crisis para proponer ideas que cambiasen, de forma notable, lo que es la España de hoy. Desde entonces han sucedido cosas muy importantes, afortunadamente, bastantes en la línea de lo que se proponía en aquel documento que titulábamos: LOS PILARES DE UN FUTURO MÁS PRÓSPERO Y SOSTENIBLE.
Luego apareció el programa NEXT GENERATION EU y las propuestas ESPAÑA PUEDE y el Real Decreto-Ley en el que se aprobaban medidas urgentes para la modernización de la administración pública y para la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Para todos y cada uno de estos últimos documentos he tratado de fijar una posición, siempre animado de la firme convicción de que estamos ante una oportunidad que no podemos dejar pasar para mejorar nuestro país, en beneficio de una sociedad muy maltratada por las sucesivas crisis que acontecen desde el arranque del siglo XXI.
Ahora toca ya movernos de las musas al teatro y afortunadamente nos estamos acercando de forma acelerada a la línea de salida real. Y si no pasa nada raro, el programa de España estará, para su estudio y aprobación, en Bruselas en las próximas semanas. Y mientras tanto, los nervios y los interrogantes crecen por estos lares. Lógica dinámica la que nos acontece. En mi opinión, difícilmente evitable pero que no quiere decir que estemos quietos ni caminando hacia atrás. Como muestras de algunas cosas que acontecen, y no en sentido negativo, me referiré a algunos hechos bien relevantes.
Comenzando por el Dictamen del Consejo de Estado emitido cerca del Real Decreto-ley que fue solicitado por el Gobierno al alto órgano consultivo y que ha sido conocido en fechas muy recientes. Aunque su informe fue utilizado de forma inadecuada en el debate en sede parlamentaria, con acusaciones que no se sostienen de su lectura detallada, en él se contienen elementos interesantes de mejora técnico-administrativa. Algunos, la mayoría según parece, fueron tenidos en cuenta por el Gobierno a la hora de emitir la versión definitiva del texto a la Cámara. Por lo tanto, bienvenida esa labor preventiva. Lo más importante es que el propio Dictamen recoge de forma literal “que, más allá de las concretas observaciones que puedan formularse, el proyecto merece en su conjunto una opinión favorable”.
El Real Decreto-ley se perfeccionará a través de un Proyecto de Ley donde se podrán introducir algunas mejoras que se propongan en el trámite parlamentario oportuno. En concreto son notables las aportaciones que desde la CEOE se han estado elaborando para tratar de mejorar algunos puntos en tan crucial asunto. Son muchas las enmiendas elaboradas e imposible su tratamiento en este ámbito, pero me gustaría destacar las, a mi entender, más trascendentales. Comienzan por tratar de trasladar a la tan denostada Ley General de Subvenciones del año 2003 las mejoras contempladas en este proyecto en la línea de actualizar las reglas vigentes que se han convertido en verdaderas barreras para el desarrollo de una sociedad innovadora. Merece la pena insistir en múltiples artículos, como luego trataré de reiterar, orientados en la necesidad de reducir plazos, simplificar trámites, evitar paralizaciones, minimizar los daños en los casos de suspensiones ajenas al mundo empresarial, eliminar exigencias de responsabilidades solidarias imposibles, y un largo etcétera de puntos que se anuncian de forma tímida en el Real Decreto pero que habría que ampliar para ventilar una administración demasiado anclada en elementos de control que se han demostrado inadaptados a los ritmos y tiempos en los que estamos viviendo.
Y detrás de estos dos elementos – los reparos del Consejo de Estado y las propuestas de la CEOE – se encuentra, de forma clara, la verdadera batalla que se da tras el Plan de ESPAÑA PUEDE. Las tensiones para que todo siga como hasta el presente – escenario que ya ha demostrado su falta de respuesta para los problemas de competitividad y agilidad presentes – o que se proceda a cambios – sujetos a normas y a controles actualizados – van a estar presentes en la discusión final de la Ley que regirá todos estos pasos durante los próximos años. Las fuerzas que apostamos por los cambios, no debemos dejar de reclamar que esta oportunidad no puede perderse. Vencer al inmovilismo de los que quieren que las cosas sigan como hasta ahora es imprescindible si queremos subirnos al tren del progreso.
Por último y verdaderamente importante es no olvidar que en el programa existen dos vectores, el de las Reformas y el de las Inversiones. El Real Decreto-ley persigue modernizar la administración del Estado de cara a la gestión de los proyectos, y es bienvenido, pero lo verdaderamente transformador serán las propuestas de las REFORMAS, que estando contemplados en el ESPAÑA PUEDE, aún no han sido sometidas al debate que merecen. En su formulación y aprobación, nos jugamos el éxito de este importante programa de cambio. Tendremos que estar muy atentos a sus planteamientos para verificar que estén alineadas con la necesidad de construir un país innovador, donde la I+D+I juegue el papel que le corresponde. En ellas seguiré poniendo atención y estudio.