MÁS SOBRE EL INFORME DRAGHI
La semana pasada hemos vivido la tormenta informativa consecuencia de la publicación del Informe Draghi de la Comisión Europea. No ha habido ningún líder que se precie en estas tierras que no haya hecho referencia en sus discursos a las acertadas y atrevidas propuestas contenidas en ese extenso documento.
En esa semana se ha celebrado el Encuentro anual de COTEC EUROPA, que reúne a las tres organizaciones – España, Italia y Portugal – para discutir sobre algo tan importante como la SOBERANÍA TECNOLÓGICA. Como miembro de la organización española asistí al intenso debate que se organizó alrededor de ese tema tan protagonista, intensamente relacionado con el Informe Draghi.
Hace ahora tres años que el FORO DE EMPRESAS INNOVADORAS (FEI) junto con el IND+I, publicó en Julio del 2021 su informe alrededor de este tema: SOBERANÍA TECNOLÓGICA, Definición, Dilemas y Recomendaciones para España. Es para los que redactamos ese informe una inmensa satisfacción haber anticipado el debate que ahora ocupa a los más lúcidos pensadores del momento. Si se quiere leer su contenido se puede acceder a través del siguiente enlace
Citar estos elementos, aparentemente inconexos, es para destacar la convergencia en el pensamiento europeo y la importancia de lo que se está discutiendo en estos precisos momentos.
El 15 de septiembre publiqué en este Blog mis primeras opiniones acerca del diagnóstico que el citado Informe hace sobre Políticas Horizontales de Innovación. Me comprometí a proseguir con algunas referencias sobre los Objetivos y las Propuestas que se contienen en sus diez intensas páginas. Hoy voy a tratar de resumir en pocas palabras tan apretado programa de gobierno. Pues de eso se trata, una vez que la nueva Comisión Europea ha adoptado al Informe como referencia, en sus líneas deberían estar en buena parte lo que esperamos pase en Europa en los próximos años.
Empezando por los Objetivos, no es ninguna sorpresa, una vez que se ha expresado el diagnóstico, encontrar entre ellos las recomendaciones de poner a la investigación a la innovación en el centro de las prioridades estratégicas de la UE, poner en foco en la excelencia, apostar por el crecimiento de las empresas y por inversiones que aporten valor añadido, seguir creyendo en el carácter transformador de la colaboración abierta, de las políticas que favorezcan la inclusión y el acceso de todos. Todos esos objetivos encaminados a defender y mantener nuestros valores europeos en confrontación con otros modelos abanderados de sociedades dirigidas por diferentes principios.
Si nos enfocamos en las propuestas, encontramos siete grandes capítulos; en cada uno de los cuales podemos identificar decenas de ideas transformadoras que me considero incapaz de resumir. Voy a tratar de destacar, de forma telegráfica, aquellas que me parecen tienen mayor capacidad transformadora y relacionarlas, cuando corresponda, con las propuestas de políticas nacionales que merecerían ser incardinadas en esas directrices europeas.
La primera propuesta es la creación de una AGENCIA TIPO ARPA. Esta agencia norteamericana está en la base del éxito que los EE.UU. han alcanzado en su protagonismo innovador en las últimas décadas. Su decidida apuesta por proyectos de alto riesgo que produzcan innovaciones disruptivas han situado al país en posiciones de liderazgo indiscutible. La intensa participación de lo público empujando al sector privado a meterse en esos terrenos, es la razón de un éxito que no se discute. El sector Público animando al sector Privado, a través de ARPA es un buen ejemplo para seguir.
La segunda propuesta tiene que ver con la idea de incentivar a los inversores que deciden situar sus fondos en estos ámbitos para que se aplacen los impuestos derivados del éxito de sus apuestas en los casos en los que decidan seguir reinvirtiendo en sucesivas aventuras innovadoras.
En esa misma línea otra propuesta anima a revisar las condiciones exigidas a las compañías de seguros y a los Fondos de Pensiones para que no encuentren barreras que les desincentiven a considerar los proyectos innovadores como objetos de sus políticas de inversión. Estas propuestas suenan tan parecidas a nuestras reiteradas ideas para que en España se incentive al capital privado a considerar la Innovación y la I+D como campos adecuados para la obtención de sus deseados resultados.
Un conjunto amplio de propuestas se dedica a reforzar el tamaño y la cooperación de los fondos existentes en la actualidad – el FEI y el EIC – para mejorar su foco en las apuestas estratégicas que se lancen desde la Comisión. Destaca también la idea de revisar en profundidad el Programa Marco de I+D y sus reglas de juego descritas en la Ayudas de Estado. Este tema merecería un apartado por sí solo y algo de ello se describe en el Capítulo del Informe dedicado al Gobierno de estos asuntos. 200 billones de euros de sitúan en el objetivo del siguiente Programa que debe ser revisado para su agilización, situando a expertos reconocidos al frente de la evaluación de aquellos proyectos líderes.
En el apartado de financiación para la investigación básica, que con tanto acierto se ha encaminado a través del European Innovation Council (ERC) se apuesta por el crecimiento en sus recursos, alcanzando la cifra de 5 billones por año y por la incorporación de líneas de financiación para Instituciones de investigación. Se apoya esta propuesta en el éxito que las políticas de Francia han conseguido con los Laboratorios de Excelencia, propuesta lanzada en 2010 que ha logrado que 171 unidades de investigación estén en condiciones de competir internacionalmente con los mejores. Otras ideas en el mismo campo apuestan por reforzar la movilidad de investigadores, crear la posición de EU-Chair para investigadores en la cima de sus carreras, de forma a que expandan mejor su reconocida experiencia. Merece finalmente, en este apretado resumen, destacar la propuesta para que fondos del sector público puedan colaborar en la financiación de las universidades públicas, siguiendo el ejemplo de las grandes entidades norteamericanas estrechamente relacionadas con las primeras universidades del ranking mundial.
Merece mucho pararse a considerar la propuesta para que se invierta de forma decidida en las INFRAESTRUCTURAS TECNOLÓGICAS europeas, verdaderos centros de la creación de valor en los sectores más disruptivos. El ejemplo multinacional del CERN se considera muy importante y al ser continuado, si bien la existencia de elementos, también relevantes y situados en los ámbitos nacionales han de ser contemplados en esta propuesta.
Especial atención me ha merecido la firme apuesta por la PATENTE UNITARIA como método de facilitar la protección de la Propiedad Intelectual e Industrial. España hasta el presente no se ha sumado a esa propuesta y el posicionamiento del Informe parece recomendar que se revise esa decisión.
De forma destacada se añaden a la larga lista de propuestas una serie de recomendaciones para el apoyo a las Start-ups a través de múltiples vías, desde la creación de un estatus legal de INNOVATIVE EUROPEAN COMPANY que podría favorecer a cerca de 180.000 empresas europeas en ámbitos de prestación de servicios avanzados, simplificación de trámites operativos, etc. Algo que parece que hemos hecho en España con la acertada Ley de Empresas Emergentes pero que necesitaría de otro empujón para ponerse en sintonía con esta nueva propuesta europea.
Soy consciente de no haber recorrido todas las propuestas, pero estoy seguro de que en el futuro próximo podré volver a la carga tanto con las descritas como con las ignoradas pues no cabe duda alguna, y ojalá así sea, que tendremos políticas para mejorar en INNOVACIÓN en Europa si se siguen las recomendaciones de este Informe. Gracias, señor Draghi.
José Luis
Recurrir a más deuda pública como solución, por parte de quien ha sido uno de los principales responsables de la actual situación inflacionaria, no es la solución.
La vuelta a la soberanía nacional es una de las opciones más realistas, junto a una coordinación panaeuropea en todos los ámbitos.
Una vuelta a un modelo parecido al del Mercado Común, suprimiendo miles de puestos de eurocratas, un modelo más cercano al de la URSS que a un verdadero proyecto de cooperación europea.
Dejamos para otra discusión la obscena subordinación de la UE a la OTAN, organizado armada del Imperio USA.