Cuando toca leerse una publicación de la Unión Europea, uno tiene que hacer un fuerte acopio de energía y asegurarse que su voluntad de aprender está bien fortalecida. Suelen ser documentos largos, farragosos, poco fáciles de seguir. En esta ocasión, la lectura de la Nueva Agenda europea de Innovación, que la Comisión publicó el pasado otoño, me ha producido el efecto contrario: gusto por lo escrito, encanto por la música (imaginaria claro está) y sobre todo por lo completo que supone hablar de proyectos y precisarlos con ambiciosas cifras presupuestarias. En esta ocasión y para no introducir imprecisiones indeseadas, voy a reproducir literalmente el primer párrafo de la comunicación que la Comisión hizo al Parlamento Europeo:

“La innovación es esencial para impulsar la competitividad de Europa y garantizar la salud y el bienestar de sus ciudadanos. La innovación conforma los mercados, transforma las economías, estimula cambios decisivos en la calidad de los servicios públicos y es indispensable para alcanzar los objetivos generales de la doble transición ecológica y digital.”

Es una forma rotunda de reafirmar lo que algunos venimos diciendo ya desde hace muchos años. Bienvenidos al Club señores de la Comisión.

El siguiente paso que da la propuesta es afirmar que existe una nueva ola de Innovación provocada por el paso acelerado de los conocimientos identificados como “Deep-Tech” (Tecnología Profunda, DT) a los mercados y en los cuales Europa posee un bagaje importante de activos acumulados. No está de mal precisar que cuando hablamos de DT nos estamos refiriendo a saberes basados en la ciencia, la tecnología, la ingeniería de vanguardia, basados normalmente en los ámbitos físicos, biológicos y digitales.

Son precisamente estos campos donde Europa dispone de ventajas competitivas en las que basar su apuesta para recuperar posiciones de liderazgo mundial en esta nueva ola. Son cuatro, en opinión de la Comisión, las razones por las que podemos aspirar, con sólidos cimientos, a ser los primeros de la clase. La primera se apoya en el liderazgo europeo en la producción científica. Siendo sólo el 6% de la población mundial, generamos el 20% de las publicaciones reconocidas en su ámbito como de calidad. En segundo lugar, Europa tiene una sólida base industrial y, afortunadamente, a raíz del acierto de los dos últimos Programas Marco, contamos con una buena representación de empresas emergentes que están equilibrando el previo ranking de unicornios. La tercera razón para poder competir con optimismo en este nuevo marco radica en la firme disposición europea para generar nuevas regulaciones que faciliten su desarrollo mediante regulaciones que faciliten su crecimiento en lugar de dificultarlo como ha venido siendo hasta el presente. Por último, en Europa disponemos de una oferta de Talento que se verá reforzado por la nueva Estrategia Europea para las Universidades. Basados en los 17,5 millones de personas con estudios de enseñanza superior y más de un millón de investigadores en esas materias, Europa puede aspirar a competir en el nuevo reto que suponen las DTs.

La nueva agenda europea de innovación propone actuar en este campo a través de un conjunto muy ambicioso de propuestas clasificadas en cinco grandes bloques. El primero relacionado con el acceso a la financiación de las emergentes de tecnología profunda en expansión. El segundo en la definición de condiciones marco que faciliten la innovación en estos campos. El tercer bloque orientado a promover sistemas de innovación que persigan reducir la brecha existente entre distintas regiones de la UE. El cuarto que apoya a las personas con talento en estas técnicas concretas y el quinto dedicado a mejorar el marco de la formulación de políticas específicas en materia de innovación, completan este más que ambicioso programa para los próximos años.

La extensión y detalle de las propuestas para cada uno de estos cinco bloques unido a la autolimitación en el tamaño de este blog, me lleva a afrontar esta segunda parte en la siguiente publicación que saldrá la semana siguiente. Aseguro que es interesante verificar que tan loables deseos se ven correspondidos con abundantes recursos económicos para hacerlos realidad en breve. Continuará.