LA INVERSIÓN EN I+D EN ESPAÑA: A LA BÚSQUEDA DE EL DORADO

El pasado 27 de noviembre los expertos de la financiación de la I+D estaban atentos a la publicación que el Instituto Nacional de Estadística publica anualmente sobre la inversión en este sector durante el año 2023. Pasaron muy pocas horas desde su conocimiento cuando la Fundación COTEC, de la que me honro en ser miembro desde casi sus orígenes, nos informaba, con detalle y reconocida elaboración, de los datos contenidos a partir de los guarismos oficiales.

Vaya por delante mi agradecimiento al equipo de COTEC que vigila ya desde hace años estos indicadores y que nos permite a los interesados tener materia para pensar, proponer y vigilar cómo se comporta este actor tan importante para el progreso de las naciones: la INVESTIGACIÓN, el DESARROLLO y la INNOVACIÓN. Para los que tengan curiosidad del detalle, ahí va el enlace al informe referido: INFORME COTEC

Para los que se conformen con un resumen en puntos destacados, ahí va mi selección de datos que merece la pena conocer:

      1. La inversión en I+D creció el año 2023 por noveno año consecutivo, llegando a los veinte dos mil millones de euros.
      2. El ratio inversión /PIB se sitúo en ese ejercicio en 1,49% apenas seis centésimas sobre el 1,43% que marcó el año 2022.
      3. Ese crecimiento tan ralo, se da en un escenario en el que habiendo crecido mucho el numerador (un 15,8%) también lo hizo el denominador (2,5%) y por lo tanto se mitigó un salto que en otras condiciones hubiera sido mayor.
      4. El crecimiento en la inversión se ha dado, tanto en el sector público como en el privado, siendo en este último realmente notable, habiendo alcanzado en este año el nivel máximo de la serie histórica, situado hasta este momento en el año 2008.
      5. Este crecimiento se da con un número menor de empresas haciendo I+D, siempre según los datos del INE. Este indicador nos marca el camino, que también nos señala el European Innovation Score Board, de que necesitamos más empresas innovadoras en nuestro territorio. Más y más grandes, por lo que las políticas ya saben por dónde deben ir a la hora de aplicar los incentivos.
      6. Para alcanzar la cifra objetivo en el año 2027 del 2,12% sobre PIB, deberíamos mantener la cifra de crecimiento anual en el alto índice de este año, el 15,8% durante los próximos cuatro años.
      7. Hay un fuerte impulso en la apuesta por la inversión en Comunidades Autónomas que tenían una participación pequeña en la tarta. Ejemplos como Galicia y Asturias son dos elementos para destacar y considerar a la hora de estudiar sus modelos de crecimiento.
      8. El empleo en el sector también crece con un reparto equitativo entre el sector público y el privado. El crecimiento desde el 2019 ha sido del 22%, con una fuerte componente en las empresas, el 27%, y un 18% en el mundo investigador público.

Este cuadro resumen nos da una visión positiva, todavía alejada de la meta deseada, pero bien situada en la dirección y con retos por delante muy relevantes. Estas tareas pendientes se han de hacer en un momento en el que terminan los impulsos que Europa lanzó, consecuencia de la pandemia COVID-19, y que han jugado un papel muy importante en este crecimiento que reflejan las cifras relatadas.

Tenemos por delante un escenario en el que, consecuencia de los Informes Letta y Draghi, Europa deberá renovar su apuesta, con cifras de inversión cercanas a los 800.000 millones de euros anuales, que ayudaría a España, de mantenerse las políticas actuales, a seguir creciendo en su apuesta por hacer realidad ese tercer puesto en retornos en el programa HORIZONT Europe en el actual Programa Marco. Sí, deberíamos ser un país entre los diez primeros de la UE para mejorar en la calidad de vida de los ciudadanos y para ello además de los pasos que vengan de fuera se necesitan apuestas internas muy contundentes.

Es muy satisfactorio oír al Ministerio de Industria, en la presentación de la futura Ley de Industria y Autonomía Estratégica, que se va a establecer una línea caliente entre sus programas y los de la Innovación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Acercar y relacionar ambos mundos es un gran acierto que espero se vea concretado en el articulado de la Ley que esta semana habrá recibido el informe del Consejo de Estado y debería ser una realidad en el primer semestre del 2025.

El principal escollo para cubrir las exigencias de crecimiento sostenido en el período 2024-2027 viene de los más de 16 mil millones de euros que han de añadirse al sistema de ciencia e innovación. De dónde se obtienen y cómo se movilizan esos fondos es la pregunta que se reiteran todos los círculos interesados. Me atrevo a proponer, con la humildad de los prudentes y la osadía de los convencidos, que España debería movilizar los importantes fondos resultantes del crecimiento empresarial en los últimos años para su reinversión en estos terrenos. Y eso se hace dando importantes incentivos fiscales para que los fondos pacientes que salen de nuestros ámbitos económicos o se refugian en sectores tradicionales, tuviesen en su punto de mira  los importantes beneficios que genera la Innovación en países donde estas políticas nacieron hace ya muchos años.

Esta idea que para su concreción necesita de mucho más detalle me persigue desde que he conocido su acierto en un país tan cercano y parecido al nuestro como Portugal. Insistiré en la tesis en futuras entregas.

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