LA I+D+I: UNA COMPETICIÓN MUY INTENSA Y SIN DESCANSO

anuario COTEC 2021

Los países saben que su inversión actual en I+D+I va a posicionar su situación competitiva en el mundo para las próximas décadas. Y por eso China es la nación que más ha incrementado su inversión total en I+D en el periodo 2009-2019, con un crecimiento del 119,6, Alemania del 39,8 y España del 6,4. Hay que entender este reto como una carrera donde no vale con lo que haga cada país, sino que hay que considerar lo que están haciendo el resto de los competidores por los mercados globales.

El pasado 26 asistí, encantado de hacerlo una vez más, de forma presencial como en los últimos años “normales”, a la presentación del Informe Anual de COTEC. En esta ocasión se tituló “LA GALA” y los organizadores cambiaron el formato con la intención de festejar la vuelta a la normalidad tras la parada forzada por la COVID-19. Incluso en formato del informe fue imaginativamente innovador. Es de agradecer el esfuerzo que supone innovar cada año para mantener el interés de los que esperan resultados tras cada evento. Este año, como todos los anteriores, los datos sobre la evolución de la I+D en España bebían de fuentes ya conocidas, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y de EURSTAT y se referían al año 2019. COTEC anunció la construcción de su indicador avanzado como un deseado objeto de conocer lo que está pasando con un poco más de cercanía.

Para resumir lo que en el informe se dijo, he recolectado las conclusiones, en mi opinión, más relevantes. La inversión en I+D ha crecido en ese año hasta la cifra de 15.572 Millones de euros, siendo dicho valor el más alto de la serie histórica. El esfuerzo privado creció el 4% representando el 56,4% del total, siendo superior a la cota más alta alcanzada en los años anteriores a la crisis del 2009. El esfuerzo público, que también creció en un 5,1% no ha alcanzado todavía los niveles existentes en la primera década del siglo XX. Con todos estos mimbres la inversión que España realiza en relación con su Producto Interior Bruto (PIB) es del 1.25.

Gráficos: informe COTEC

Una primera lectura que cabe hacer es, por lo tanto, CRECEMOS. Sin embargo, lo que en verdad es relevante es que la distancia entre nuestra posición y la media de la UE de los 28 se hace mayor en estos años en los que mejoramos, pero, lamentablemente, a ritmo inferior al de nuestros competidores. El informe sitúa en una diferencia de 0.88 puntos nuestra inversión con respecto a la media de la UE que se sitúa en 2.13. Y lo que es peor, en el avance que, de forma verbal, se dijo para la previsión de la inversión en el año 2021 es que podríamos estar en el 1.5. ¿En qué cifra se habrán situado nuestros vecinos para esa misma fecha? Mucho me temo que la brecha se irá agrandando.

En el escenario de mejora que es imprescindible atacar para cambiar esta situación no cabe mejor aproximación que identificar en qué aspectos estamos por detrás de las tendencias crecientes de nuestro entorno. Y en el informe, leyendo el último European Innovation Scoreboard, se señalan tres, que ya indiqué en un escrito publicado en colaboración con el Profesor Molero en Octubre del 2019 («Son útiles los indicadores de innovación para hacer política?», Cinco Días). Y son: Colaboración empresarial en el sistema, Inversión empresarial e Innovación en PYMES.

Si sabemos donde estamos mal, la solución científica sería aplicar medidas correctoras que mejorasen nuestro estado. ¿Existen en las propuestas actuales políticas concretas que persigan la corrección de dichos defectos? Me temo que no con la intensidad que se necesitan. Y, sin embargo, sí que se dan algunos elementos para que si se les juntase produjeran, a modo de precipitación acelerada cambios relevantes.

Para la colaboración empresarial es imprescindible reinventar los modos en los que la mal nominada “transferencia” ha venido funcionando hasta el presente. La OCDE está terminando un estudio para el caso español y podría ser la oportunidad para, con sus conclusiones, reformar profundamente este primer déficit. Desgraciadamente, algunos pasos tímidos, dados en el pasado – el sexenio de transferencia del conocimiento – no vive sus mejores momentos, atascado una vez más en la incomprensión de Hacienda sobre la bondad de dicha apuesta.

En la inversión empresarial, acotada todavía en cifras pequeñas, tendremos que mejorar los incentivos para que el ahorro y el capital dispuestos a buscar nuevas fuentes de rentabilidad encuentren en la I+D sus puntos de referencia. Y lo podemos hacer en años como el reciente, en el que el Informe de ASCRI (la asociación de las empresas de capital privado) ha comunicado que ha realizado un año récord con cantidades bien relevantes: más de 800 operaciones cerradas por importe superior a 6000 millones de euros. ¿A qué esperamos para que otros grandes proveedores de fondos existentes – Aseguradoras, Fondos de Pensiones, etc. – puedan situar sus recursos en proyectos de I+D+I a través de los actuales o de nuevos vehículos de inversión?

En relación con las PYMES y la innovación, he escrito en el pasado y me molesta repetirme. No hay instrumentos adecuados y sobre todo financiados adecuadamente para que no se quede ningún buen proyecto sin ejecutar. En el marco de los nuevos Fondos Europeos, aportemos los apoyos en forma de préstamos no reembolsables para el segmento de las nuevas ideas que van a transformar el mundo tras la pandemia. El día en que podamos conocer, bien documentados, los balances de proyectos españoles que tienen que buscar su supervivencia en fondos de otros países, fundamentalmente USA, podremos darnos cuenta de cuanta riqueza estamos poniendo fuera de nuestras cifras nacionales.

Una buena nueva, que también está en el Informe: la percepción de la sociedad sobre el papel de la innovación ha mejorado en el año 2020 por primera vez en los últimos tres años. No hay duda de que la pandemia ha impactado en ese sentir de los ciudadanos, pero bienvenido sea y en consecuencia la cuarta posición en la prioridad del gasto, tras los indiscutidos – Sanidad, Educación y Pensiones – nos permite un rayo de optimismo en esa otra de las asignaturas pendientes de nuestro país: INVERTIR EN I+D+I HOY ES APOSTAR POR UN FUTURO MEJOR.

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