CELEBRANDO EL DÉCIMO CUMPLEAÑOS DE FINBA
Esta semana he asistido a la celebración de los diez años de existencia de la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria del Principado de Asturias (FINBA). Invitado por su Presidenta Eva Pando, tuve el placer de verme rodeado por el ecosistema de la Comunidad Autónoma que se reunió, de forma numerosa, alrededor de la Fundación que con tanto acierto dirige Faustino (Tino) Blanco González.
Su historia me parece merecedora de ser destacada pues es un ejemplo de libro de la colaboración público-privada. Creada en el 2014 por iniciativa del Gobierno del Principado de Asturias, en ella participan la Consejería de Salud y la Consejería de Ciencia, así como la Universidad de Oviedo, el CSIC, el Servicio de Salud del Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Oviedo, recibe, desde su origen, un fuerte y desinteresado respaldo del sector empresarial privado. En la actualidad el patronato lo preside la Fundación Caja Rural de Asturias, y le acompañan en el patronato la Fundación EDP, la Fundación Cajastur, la ingeniería TSK, el Grupo LACERA, y la Fundación TRANSINSA, habiendo sido también patronos impulsores la Fundación Alimerka, Corporación Alimentaria Peñasanta SA (CAPSA), Grupo Kiss FM, Industrias Lácteas Asturianas SA (Reny-Picot) y Grupo Pérez Simón.
Esta demostración de lo que se debe hacer, ha permitido que en la actualidad FINBA se desarrolle como la estructura de gestión del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), instituto acreditado por el Carlos III, que aglutina a los investigadores vinculados a la Universidad, al CSIC, al Servicio de Salud del Principado de Asturias y al que también se ha incorporado la Fundación de Investigación Oftalmológica Fernández-Vega, todos agrupados en torno al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), y convirtiéndose en la herramienta de gestión de la I+D+i de todos los centros sanitarios dependientes del SESPA, centrando su trabajo en generar un retorno claramente dirigido a la mejora de la asistencia sanitaria, los pacientes y la salud de la población en general. La gestión del conocimiento y del capital intelectual, las políticas de propiedad intelectual, las patentes, la cooperación con sociedades de inversión, la captación de capital semilla y capital riesgo, se suman a las tareas habituales de la FINBA para configurar y adecuar su marco de actividad”.
Oyendo los discursos de los participantes me sentí plenamente reafirmado en el acierto de hacer coincidir los proyectos que debe definir el sector público para la mejora de los retos de la ciudadanía con el empuje y la decisión del sector privado. No sé si es solo por eso, pero lo cierto es que las cifras del Principado en los ámbitos de orientación hacia la I+D y la Innovación están confirmando que se está en la senda correcta. Según el estudio que ha publicado recientemente la Fundación COTEC el empleo tecnológico en Asturias ha crecido un 35% en la última década, hasta ocupar el número diez en el ranking elaborado al respecto. Su crecimiento se ha orientado al campo de la programación, la consultoría y otras actividades en conexión con la informática.
Parece que la apuesta declarada por el Consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo del Principado, Borja Sanchez, que busca “mantener programas de apoyo a la creación y consolidación de Centros de I+D+I de grandes empresas como forma de atracción y retención del talento” está en la senda acertada.
Enhorabuena a los más de 1000 investigadores que se agrupan alrededor de FINBA-ISPA. Muchos ejemplos como este nos permiten seguir confiando en que vamos por la buena senda.
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