AHORA HABLEMOS DE SOBERANÍA TECNOLÓGICA
El tema que nos ha ocupado los últimos meses – el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia- está en el trámite de su revisión por la Comisión de la UE y habrá que esperar algunas semanas para ir conociendo sus concreciones, si bien, ya se están preparando las primeras acciones que se conocerán antes del verano de este 2021.
No cabe, sin embargo, pararse, detenerse en la espera de lo que nos venga. Hay otros asuntos que merecen nuestra reflexión a la hora de diseñar los siguientes pasos hacía una sociedad más fuerte, mejor preparada para combatir los siguientes embates que el tiempo nos dará, a ciencia cierta, en el futuro.
El Foro de Empresas Innovadoras y la Comunidad IND+I elaboraron el pasado mes de Mayo del 2020 un documento que titulado LOS PILARES DEL FUTURO contenía un conjunto de propuestas que, afortunadamente, hoy podemos ver, parcialmente al menos, recogidas en el citado Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Seguimos pensando que reflexionar desde la Sociedad Civil, con las luces largas, en lo que debiera ser un futuro mejor es altamente positivo. Por ello, ahora estamos trabajando de nuevo sobre un tema de gran trascendencia: LA SOBERANÍA TECNOLÓGICA.
Un grupo de personas expertas de ambas organizaciones, con reconocido conocimiento del tema, lleva semanas reflexionando sobre tan ambicioso asunto. En un plazo de pocas semanas, antes del verano, podremos dar a conocer su contenido. Un adelanto de por dónde van los tiros se dio en el pasado TRANSFIERE celebrado en Málaga el pasado mes de Abril. En este breve escrito se avanzan algunas de las ideas bajo las cuales se están concibiendo las propuestas.
Es indispensable que para hablar de Soberanía Tecnológica se comparta su definición más comúnmente aceptada: “la capacidad de un territorio, estado o agrupación de estados para proveerse de aquellas tecnologías que considera críticas para su bienestar o competitividad, bien a través de la propia generación de dichas tecnologías o bien garantizando su suministro desde otros territorios sin que esto comporte relaciones de dependencia unilaterales”.
En fecha muy reciente, desde la Presidencia de la Comisión Europea se ha explicitado otra definición, que, si bien no abarca el mismo ámbito, conviene también tener en cuenta cuando se están considerando estos asuntos. Se habla de la AUTONOMÍA ESTRATÉGICA y se considera esta como “El compromiso con el comercio abierto y justo que preserve los beneficios de una economía abierta que apoye a los socios de todo el mundo para liderar la forma renovada y revitalizada del multilateralismo que el mundo necesita”.
Con estas dos definiciones, creemos, de forma contundente, que hay que empezar por pronunciarse en el sentido de que la reclamación de una soberanía en estos ámbitos ha de estar radicalmente enfrentada a un concepto de autarquía y por consiguiente de cierre de los mercados abiertos y colaborativos. Cualquier tentación de recorrer la solución al problema por esa vía estará condenada al fracaso.
Bajo esa premisa, el estudio persigue dar respuesta a algunas preguntas bien concretas. Empezando por definir el ámbito territorial al que se hace referencia dicha soberanía. Continuando con la identificación de que tecnologías y sectores de actividad, se deben considerar críticas y sustentar dichas opciones en criterios ampliamente compartidos. A partir de disponer de ambas respuestas parece imprescindible precisar el contexto que abarca la disponibilidad exigida por la definición: el acceso al conocimiento, la capacidad de producción y comercialización, etc. En fin, responder al interrogante de cómo establecer los vínculos de colaboración en el entorno precisado de la soberanía para formalizar los compromisos declarados en la autonomía estratégica.
El documento en curso, al que consideramos como el arranque de una discusión duradera, persigue dar respuestas a estas preguntas y para aportar tras las formulaciones transversales antes citadas, algo cercano, estudiará un par de aplicaciones verticales, enfocados a sectores donde España debe tomar partido de forma inmediata: la Salud y la Electrónica. Nuevos y urgentes análisis sectoriales seguirán, a renglón seguido, como elementos de una cadena que pretende tener respuestas a tan crítico interrogante en los próximos meses.
Cuando se disponga del resultado del debate interno y se arranquen los encuentros abiertos que se organizarán al respecto, volveré a la carga con el tema. Ahora me conformo con animar a todo el que considere el asunto interesante, a sumarse a una discusión que conformará el futuro de nuestras sociedades. En el FEI y el IND+I nos encontraréis pensando en ello.